sábado, 19 de diciembre de 2015

Qoyllurity: Entre el cielo y el reino del Ausangate



En las alturas de Cusco, donde el aire se hace denso y el cielo divino, los hijos de la tierra se rinden ante la tersa monotonía del milenario apu Ausangate, hombres, mujeres y niños llegan como ofrendas vivas y escalando sus pliegues entre danzas, música, trago y sudor. 

 La fiesta del “Señor de la nieve resplandeciente”, Qoylluriti, congrega todos los años a más de 80 mil visitantes. Es la peregrinación indígena más grande de América Latina. La fiesta es interminable. En esta peregrinación comuneros de todas las regiones del ande del país avanzan a sangre 12 kilómetros cuesta arriba. 

Bailarle es una experiencia casi mágica. Los nevados trazan enormes siluetas para los hombres que se atreven a visitar la grandeza de los andes. Es una experiencia de vida para los comuneros indígenas del Cusco y de las regiones vecinas. Y es que esta festividad que se realiza una semana antes del Corpus Christi. 

Más de 80 mil peregrinos 

La fiesta –de nueve días-, congrega a más de 80 mil almas que deben caminar a pie cerca de 12 kilómetros desde el poblado de Maguayani, en el distrito de Ocongate, hasta el nevado de Sinaccara, en cuyas faldas apareció un Cristo crucificado sobre una piedra negra. 

Esta peregrinación tiene un origen prehispánico y expresa el sincretismo de la fe católica y de las creencias andinas. Y es que los peregrinos, después de rezar y prender velas al Cristo crucificado, ascienden a lo alto del nevado, considerado como un apu por los incas, y hacen ceremonias de pago a la tierra, colocan ofrendas con hoja de coca y esperan la salida del Sol. 

Una parte importante de los peregrinos son comuneros que van danzando hasta Qoylluriti acompañados, incluso, por sus autoridades. Otra parte son comparsas de bailarines agrupados en naciones. La otra proporción son feligreses que pernoctan en carpas soportando temperaturas de hasta 20 grados bajo cero y sobre los 4,500 metros de altura. La tradición manda que se debe llegar tres veces hasta Qoylluriti. Y es que la fe todo lo puede. 



La fe de un pueblo 

 La ruta para celebrar al Señor de Qoylluriti es un ir y venir de cuestas y declives. Un desafío al cuerpo, en temperaturas que oscilan entre 3°ó 5° centígrados. Interminables son las horas de caminata, se avanza muy lentamente entre la nieve. El cansancio hace presa de los devotos, aunque más puede la fe, es la creencia de todo un pueblo. 

Imponente, el Ausangate observa la procesión con la destellante blancura de su nieve. Los vientos afilados rozan la cara. Las pampas heladas lo silencian todo. El ichu que brota apenas es testigo del paso de los devotos andinos. 

A 4, 700 metros de altitud, el corazón late rápidamente, se avanza despacio y la hoja de coca parece ayudar a resistir este paso silencioso en honor a los apus milenarios. 

De regiones diversas 

Los que llegan a esta peregrinación proceden de diversas partes de los andes peruanos. Llegan de Canchis, Paucartambo, Quispicanchis. De distintos poblados de Apurímac, Puno, y Ayacucho. De los caseríos más remotos de la sierra sur. Aquí todos reafirman su respeto al Señor. Unos lo hacen con música y danzas, con color y tradición, con rezos y cánticos, con símbolos patrios, con adornos en las vestimentas, con plumas de aves, con sus mejores chullos, las más vistosas prendas, las mejores, guardadas para la ocasión. Aquí están también los Ukukos, seres disfrazados de osos que ponen el orden en la fiesta del Qoylluriti. Aquí, en medio de la nieve, están los hijos de los andes, con el mito, la magia grupal, la coreografía del hombre. Aquí están presentes la fe, el ande mismo, el ser colectivo. 



Entre el cielo y el reino del Ausangate 

1) El Ausangate está ubicado a 6,350 msnm., mientras el santuario de Qoylluriti está localizado a 4,700 msnm. (mil metros más arriba de la ciudad de Cusco). 

2) La temperatura durante el día es de 11 a 13 grados centígrados. Hay que tener cuidado por la noche pues desciende de 4 a 5 grados centígrados en junio y julio. 

3) El Ausangate es la montaña representativa de los andes cusqueños. Las lagunas y los bosques de piedra convierten a la zona en un paraíso aislado de la modernidad. Es preciso contar con una adecuada aclimatación en la ciudad del Cusco. 

4) La fiesta del Qoyllurity se realiza durante los primeros días de junio y siempre con luna llena. La festividad se lleva a cabo en el Nevado de Sinaccara, frente al apu Ausangate. 




Tome nota 

Esta festividad y el santuario del Qoylluriti fueron declarados Patrimonio Cultural de la Nación el 10 de agosto del 2004. Años más tarde, en 2011, la Unesco los inscribió en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad

Lo que debe llevar 

Para esta peregrinación, que dura entre tres y seis días, tienes que llevar ropa abrigadora, gorros, guantes, chalinas, zapatillas todo terreno y un bastón para ayudarte. Además, mantas polares, frazadas y plásticos porque el frío en dicho lugar es intenso. Una mochila con un botiquín de primeros auxilios (alcohol, algodón, curitas y pastillas contra el dolor y náuseas), agua y bloqueador solar.

Documental Qoyllurity


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